Para la edición de este mes de Bake the World nos hemos ido a México para compartir parte de su manera de celebrar el día de Difuntos con un delicioso Pan de Muerto.
Los mexicanos tienen una relación muy especial con la muerte que está muy presente en su iconografía y en sus costumbres como legado de las tradiciones indígenas que en el día de Difuntos entronca con la festividad cristiana que llegó con los conquistadores españoles.
Esta celebración del Día de Muertos está declarada Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad y comprende una gran variedad de celebraciones dependiendo de la región, pero hay elementos comunes en todo el país como las calaveritas, las visitas festivas a los muertos en los cementerios y el Pan de Muerto. Este pan es un bollo dulce que puede tener diversas formas, aunque la más común es en forma de bollo con unas tiras abultadas cruzadas simulando los huesos y una bola central a modo de calavera.
Yo he elegido una receta de Hilmar del blog Mis recetas favoritas, ya que su blog es toda una referencia en lo que a masas de levadura se refiere y sus recetas son cien por cien fiables.
Esta vez también ha sido así y el resultado ha sido un bollo delicioso, con un saborcillo a naranja y agua de azahar impresionante y cuya receta voy a usar muy a menudo para hacer bollos o brioches.
Para preparar el prefermento, mezclar la harina, sal, levadura en un cuenco, añadir el agua y los huevos y amasar durante unos tres minutos hasta tener una masa blanda un poco pegajosa. Ponerla en un recipiente engrasado, tapar y dejar fermentar al menos durante 2 horas a temperatura ambiente, o guardarla en el frigorífico hasta el día siguiente.
Para la masa final, colocar en el cuenco de la amasadora todo el prefermento, la mantequilla y el azúcar y mezclar bien a baja velocidad.
Ir añadiendo la harina y las yemas de huevo en varias veces y alternándolas. Añadir el agua de azahar, el zumo y la ralladura de naranja, amasar a velocidad media-alta hasta obtener una masa lisa y un poco pegajosa.
Darle forma de bola y colocarla en un bol engrasado, taparlo, dejar fermentar una hora y meterlo en el frigorífico hasta el día siguiente.
Al día siguiente, sacar la masa del frigorífico y dejarla a temperatura ambiente hasta que pierda el frío, dividir la masa en dos porciones.
Separar un cuarto de cada porción y bolear el trozo más grande, dividir la porción pequeña en tres, con dos de ellas formar un cilindro rodándolo sobre la mesa y presionar con tres dedos separados para formar los cuatro abultamientos. Colocar estas dos tiras sobre el bollo y con la tercera porción formar una bola y colocarla encima. Repetir la operación con la otra parte de la masa.
Poner los panes en una bandeja de horno y dejarla reposar hasta que duplique su tamaño, más o menos una hora.
Calentar el horno a 190º, pintar los bollos con huevo batido y repartir un poco de azúcar por encima.
Hornear a 190º durante 15 minutos, bajar la temperatura a 180º y hornear durante 5/10 minutos más, hasta que estén dorados.